También conocida con el nombre de displasia coxofemoral, la displasia de cadera en perros es una enfermedad muy común, especialmente en razas grandes y gigantes. Las causas pueden ser hereditarias, pero también están asociadas a ciertas condiciones de vida, como el exceso de ejercicio, la obesidad o una alimentación deficiente.
La displasia de cadera en perros comienza a manifestarse a los cinco o seis meses de edad, aunque hay animales en los cuales la condición se agrava una vez llegados a la etapa adulta. Como padre de mascota, es importante que tengas toda la información necesaria para conocer cómo detectar la displasia, de qué modo puedes tratarla y muy especialmente si existe una manera de prevenirla.
A continuación compartiremos contigo información completa acerca de esta enfermedad.
Básicamente, la displasia de cadera en perros consiste en una malformación de la articulación coxofemoral. Esta articulación es la que permite la unión del hueso del fémur de tu perro con su cadera, por lo cual sobre ella recae todo el movimiento que corresponde a las patas traseras de tu mascota.
A medida que el cachorro crece, la cadera no adopta una forma correcta, por lo cual se producen malformaciones que traerán repercusiones serias en la movilidad de tu mascota. En ciertos casos puede ser causa de dolor, en otros conlleva a una dismunición de la movilidad de las patas posteriores.
El dolor puede ser insoportable al hacer ciertas actividades como subir o bajar escaleras, sentarse o correr. En muchos perros existe la condición genética para esta malformación, que desde cachorros es evidente.
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Actualmente la displasia de cadera está clasificada en cinco grados, identificados con letras. El grado A, indica una cadera completamente sana, mientras que en grado B y C, comienzan a dar algunos indicios de que la mascota es propensa a tener problemas en el futuro. El grado D y E requieren de medidas por parte del padre de mascota, así como tratamiento.
Como te explicamos al principio de este artículo, las razas grandes y gigantes son las más afectadas por esta malformación, por lo que si tu regalón corresponde a cualquiera de estas familias, deberás estar alerta y consultar con tu veterinario todos los riesgos y medidas preventivas de las cuales dispones:
La aparición de esta enfermedad puede estar sujeta a muchos aspectos, como por ejemplo una predisposición genética, en la que la mascota puede ir desarrollando la enfermedad conforme crece.
Los factores ambientales también influyen, por lo que tienes que prestar atención a estas condiciones:
La displasia coxofemoral en perros no suele identificarse desde el primer momento. Es una enfermedad degenerativa, es por esto que conforme se vaya agravando la condición de la mascota, los síntomas se harán cada vez más evidentes. A continuación enumeramos algunos de ellos:
Estos síntomas podrían manifestarse de forma intermitente. Notarás que algunos de ellos se hacen más evidentes luego de que tu perro ha hecho alguna actividad física, como ir de paseo o jugar en el parque contigo.
Esta enfermedad también puede ir de la mano con la vejez de tu mascota, es por esto que a medida que tu perro se hace mayor, observes que su disposición al juego, así como la agilidad, comienza a disminuir.
Si identificas alguna de estas condiciones, lo más aconsejable es que lleves a tu perro al veterinario lo antes posible.
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Solo un veterinario podrá prescribir un tratamiento para la enfermedad de tu perro. Hay casos que requieren de una intervención quirúrgica, mientras otros solo necesitan de ciertos suplementos vitamínicos, así como medicamentos.
Aunque hay suplementos de venta libre que podrían ayudar a aumentar la ingesta de calcio de tu mascota, solo un veterinario podrá asesorarte para encontrar la mejor alternativa. Medicinas como antiinflamatorios, analgésicos o condroprotectores, solo pueden ser suministrados con la debida autorización médica.
Debido a que la condición genética es una de las causas más comunes de displasia de cadera en perros, lo más aconsejable es que los animales propensos a transmitir esta enfermedad a sus descendientes, no se reproduzcan. Algunos veterinarios recomiendan hacer los exámenes médicos necesarios y esterilizar a la mascota.
También es una buena alternativa controlar las causas ambientales antes mencionadas, suministrando una alimentación de calidad, controlando la obesidad y ejercitando a tu perro de una forma consciente, sin excesos ni movimientos que puedan ocasionar lesiones.
Referencias bibliográficas:
Ortocanis (2020). Displasia de cadera en perros – Síntomas y Tratamiento. Experto Animal. Recuperado de:
https://www.expertoanimal.com/displasia-de-cadera-en-perros-sintomas-y-tratamiento-58.html
Mar Aguilar (2018). Displasia de cadera en perros: qué es y qué debemos hacer. Muy interesante. Recuperado de: